SÍNTOMAS DE ICTUS O ATAQUE CEREBRAL
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LA VIDA DE ÁGATA TRAS UN ICTUS
TESTIMONIO, INFORMACIÓN Y CONSEJOS SOBRE LA AFASIA.
La afasia es una alteración del lenguaje que aparece tras algunas lesiones cerebrales, generalmente las que afectan al hemisferio izquierdo (dominante para el lenguaje). Esta alteración dificulta enormemente la comunicación con la persona afectada, tanto a nivel comprensivo como expresivo.
Una de las principales preocupaciones que muestran los familiares es la frustración de no poder comunicarse con su ser querido, ya que no lo pueden entender, y la que muestra el propio afectado por no poder expresar lo que quiere
Cómo mejorar la comunicación con su familiar con problemas de lenguaje
- Emplee frases cortas y dígalas despacio.
- Háblele en un tono e intensidad normales.
- Evite conversaciones cruzadas entre varias personas.
- Atienda a aquello que su familiar pueda comunicar de forma no verbal.
- Apóyese de gestos y de imágenes cuando le hable.
- Trátelo como un adulto que es, empleando un lenguaje adecuado a su edad.
- Cuando su familiar no hable, no haga gestos, no señale o no haga intentos de comunicarse, no piense que no quiere, sino en que no puede.
- Es normal que cometa errores al intentar hablar o comunicarse. Permitánselo, aunque poco a poco vaya mostrándole la forma correcta.
- Elimine el ruido de fondo y otras distracciones (música, televisión, etc).
- En la medida de lo posible, vaya comentando y nombrando las actividades de su vida diaria.
- Ayúdele a que elija la ropa, la comida, actividades de ocio que quiera hacer. Hágale elegir entre dos o tres opciones para facilitarle su elección, por ejemplo ¿Prefieres comer carne o pescado? A veces pueden no entender las palabras, escríbaselas y leáselas para que él después señale la opción que prefiera o muéstrele las imágenes de ambas.
- Cuando no haya entendido su mensaje. Dígaselo para que lo intente de nuevo o busque otra forma de comunicárselo (un dibujo, señalando una imagen, escribiendo alguna palabra, etc.).
- Lo importante es, en principio, que transmita su mensaje, no la manera en la que lo ha hecho.
- Debe darle tiempo para que acabe de contarle lo que quiere.
- Tenga en cuenta que el nivel de comprensión de su familiar puede variar de un día a otro e incluso dentro de una misma actividad.
- Cuando vaya a hablarle, debe situarse dentro de su campo visual, que le mire a la cara, para asegurarse de que le está atendiendo. Esto ayudará a que le entienda mejor.
Cuando le cueste decir los nombres de las cosas (anomia)
- Ayúdele a buscar de forma organizada palabras, por categorías o subcategorías, cuando quiera nombrar algo, por ejemplo, «¿es un alimento, una verdura…?»
- Ayúdale a que piense en la imagen del objeto, que lo dibuje, que piense en sus características físicas, para lo que sirve, quién lo usa, etc, no es bueno dejarle que esté durante demasiado tiempo intentando dar con la palabra.
- Si usted sabe de qué palabra se trata, ayúdale diciendo una frase que acabe con esa palabra. Ej.: “frío los huevos en una…”
- También puede usted empezar a nombrar la palabra con la primera silaba para que la acabe y la repita después.
- Que emplee signos y gestos asociados a la palabra, siempre y cuando pueda llevarlos a cabo, por ejemplo la acción de cepillarse los dientes cuando quiera pedirlo.
Lo que no se debe hacer
- No cambie bruscamente de tema de conversación.
- No le obligue a hablar cuando él no quiere o con gente que no quiere.
- No hable por su familiar a no ser que sea estrictamente necesario. Deje que lo intente él primero dándole usted las ayudas que se han ido señalando.
- No acabe las frases por él. Debe darle su tiempo para que acabe de expresarse.
- No le interrumpa cuando trate de decir algo. Eso sólo le dificultará su comunicación o hará que pierda el hilo de lo que está contando.
- No pida perfección en su pronunciación. Primero lo importante es que se comunique, que le entendamos y después que vaya perfeccionando su lenguaje y su habla.
- No le riña como a un niño ni se enfade cuando él no pueda comunicarse.
- No trate de ayudarle demasiado.
¿Conducir tras un ictus?
SUS SECUELAS PUEDEN IMPEDIR LA CONDUCCIÓN
Ictus: ¿Puedo conducir?
El ictus puede dejar secuelas que impidan la conducción, pero con rehabilitacion muchas veces se puede volver al volante
Juan Carlos González Luque (DGT) y Javier Álvarez (Universidad de Valladolid)
El ictus o accidente cerebrovascular es un proceso agudo y relativamente frecuente en países desarrollados. Consiste en la brusca interrupción del suministro de sangre a cualquier parte del cerebro, en unos casos porque el vaso sanguíneo que lleva sangre al cerebro se obstruye (accidente cerebro vascular isquémico) y en otros se rompe (accidente cerebrovascular hemorrágico). Según el territorio cerebral irrigado por los vasos sanguíneos afectados, se producen distintas deficiencias neurológicas, motoras, sensoriales, etc. que dependen de la zona del cerebro que resulta lesionada.
Los denominados accidentes isquémicos transitorios se resuelven antes de 24 horas y el déficit neurológico en general es reversible. En otras formas de ictus, el proceso se acompaña de distintas pérdidas en la función neurológica, crónicas o permanentes. La intervención sanitaria en los ictus es prioritaria, con el fin de reducir al máximo las posibles secuelas.
El haber sufrido un ictus supone un factor de riesgo vial. Desde el punto de vista de la seguridad vial son dos circunstancias las que se deben valorar:
1. SECUELAS. Si el ictus deja en el conductor secuelas que puedan interferir con las capacidades necesarias para conducir con seguridad.
2. MÁS ICTUS. La posibilidad de que el paciente pueda sufrir otros accidentes cerebrovasculares, en particular mientras conduce.
La normativa española regula las capacidades psicofísicas necesarias para conducir vehículos tras sufrir accidentes isquémicos transitorios y recurrentes. El Reglamento General de Conductores prohíbe, en caso de ataque isquémico transitorio, conducir vehículos hasta transcurridos al menos 6 meses sin manifestaciones neurológicas, aunque, dependiendo de cuáles sean, excepcionalmente y con informe del neurólogo, se puede permitir conducir turismos. En caso de ataques isquémicos recurrentes, no se permite conducir vehículos.
“El éxito en la vida no se mide por lo que logras, sino por los obstáculos que superas”
QUERIDO SR DAÑO CEREBRAL:
Me dirijo a usted para contarle mis vivencias y experiencias desde que lo conozco y sé de su existencia. A pesar del tiempo que ha transcurrido, no me permito el privilegio de tutearlo, pues mi vínculo con usted, es de máximo respeto.
Hay algo que es común a todas las personas que lo han experimentado y es, que no avisa de su llegada; de repente un día, como cualquier otro, de forma brusca y repentina, realiza acto de presencia, truncando por completo la vida de quien lo sufre en primera persona así como de las personas que viven alrededor. Irrumpe en sus vidas para quedarse, se acomoda en sus hábitos, en su funcionalidad, en sus rutinas… Iniciando un largo y duro camino. Invade por completo cada rincón de esos hogares, aflorando dificultades en todos los ámbitos y soportando secuelas por las que deben luchar.
Asalta en sus vidas y con usted llegan problemas físicos, de movilidad, de espasticidad… Aparecen secuelas cognitivas , déficits atencionales, problemas para recordar cosas, incluso las más importantes, dificultad para organizar su día a día.
Su presencia hace que su comportamiento sea distinto al que era, presentan euforia y tristeza, decaimiento y alegría, un sinfín de emociones que lidian diariamente grandes batallas para las que no estaban preparados.
¿No se ha parado a pensar, que quizá no es bien recibido? ¿Que nadie quiere avanzar con usted al lado? Pero también le digo algo, las batallas más difíciles se las asignan a los mejores soldados; y yo, como profesional que comparto con ellos el camino hacia su recuperación, me siento orgullosa de cada uno de mis pacientes, me han dado lecciones morales que ningún libro hasta ahora me había enseñado. Por ello, Sr. Daño Cerebral, me honra haberlo conocido, porque ha hecho que lleguen a mi vida maravillosas personas que se superan cada día, que convierten cada obstáculo en una meta, que tienen valores tan humanos, que muchos quisiéramos y porque cada día nos dan mucho.
Y poco más me queda por añadir; que sepa Sr. Daño Cerebral, que yo y todos mis compañeros de equipo, seguiremos trabajando para que sus secuelas sean las mínimas y que su presencia en la vida de nuestros pacientes, tenga la menor repercusión posible y sea casi inapreciable. Sin más, reciba un cordial saludo.
P.D: “El éxito en la vida no se mide por lo que logras, sino por los obstáculos que superas”
Hoy inauguramos el aula de ictus. Escuela Cántabra de Salud, siempre cerca de tí.
¡BUENOS DÍAS COMPAÑEROS, AMIGOS, PACIENTES, CUIDADORES Y CIUDADANOS DEL MUNDO!
Desde la experiencia profesional, os brindamos este blog donde podréis encontrar infinidad de respuestas a vuestras dudas sobre el ictus y sus secuelas. Contestaremos a tantas dudas como nos planteéis de manera personificada si es necesario, e intentaremos buscar soluciones a problemas que, quizás, pueden ser más llevaderos con un poco más de información.
Esperamos estar a la altura de todas vuestras necesidades para que cuidar a los enfermos que han sufrido un ictus se convierta en una actividad eficaz, gratificante y de provecho tanto para el paciente como para el cuidador.
Para ello contamos con el apoyo y la experiencia de médicos especialistas rehabilitación neurológica, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, logopedas… ¡Adelante! ¡Hace más el que quiere que el que puede! Nosotros te ayudaremos.