¿QUÉ ES LA INTELIGENCIA EMOCIONAL?
Se comenzó a hablar de ella en 1995, cuando Daniel Goleman publicó un libro de gran éxito titulado Inteligencia emocional. Cinco años antes, dos profesores estadounidenses, Peter Salovey y John Mayer, habían publicado el primer artículo sobre la cuestión.
¿Pero qué quiere decir inteligencia emocional (IE)? Desde siempre hemos sido conscientes de que la razón y las emociones de las personas no son dos dimensiones separadas e independientes. La investigación en neurociencia que se ha realizado en los últimos 20 años ha corroborado esa intuición y ha demostrado que educar la razón pasa por educar las emociones, y que una relación inteligente entre ambas es decisiva para afrontar la vida profesional y personal.
La IE se desarrolla cuando se favorece una apropiada percepción, expresión y comprensión de las emociones propias y de los demás. Cuando se desarrolla la capacidad de regularlas y utilizarlas para pensar mejor y para relacionarnos con sabiduría con el entorno.
La ciencia demuestra cómo las personas que gestionan adecuadamente sus emociones tienen mejor sistema inmunológico, salud física, mayor plasticidad neuronal y habilidades empáticas y creativas, se relacionan mejor, rinden más académicamente y viven con mayor calidad de vida y durante más años. La investigación más reciente ha constatado que una mayor IE facilita un mejor rendimiento académico, mejora las relaciones sociales, contribuye a evitar las conductas disruptivas y mejora el ajuste psicológico.
Sabemos que existe, sabemos que la necesitamos más que nunca y sabemos cómo desarrollarla, así que tenemos la oportunidad de enfrentar todos los retos formativos y educativos que cada uno de nosotros tenga por delante de una forma nueva, más inteligente. Pensando en una formación que incluya los aspectos cognitivos, pero también los emocionales, sociales y creativos. Sabiendo que, para nuestro futuro, incluso más importante que lo que sabemos es cómo usamos nuestras emociones para buscar y encontrar soluciones y nuevas formas de afrontar los retos.
La educación de las emociones no es un lujo. Es una necesidad imperiosa que tenemos que afrontar desde las primeras etapas del sistema educativo. Si hacemos ahora esa apuesta en nuestro país, habrá más posibilidades de que los ciudadanos sean personas sanas y equilibradas, menos agresivas y más solidarias, con iniciativa, creatividad y liderazgo. En definitiva, necesitamos más acciones formativas que potencien la inteligencia emocional, social y creativa con el humilde, y a la vez tan humano, propósito de aprender a convivir y ser felices.
Este es, sin duda, el tipo de inteligencia que necesitamos desarrollar los españoles. Para ser más creativos, para entendernos mejor unos a otros, para generar confianza y para atrevernos a buscar nuevas formas de hacer las cosas.
Un gran artículo que pone de manifiesto la necesidad inminente de formar en esta materia para mejorar la salud de las personas de la comunidad, ser más felices y mejorar la calidad de vida.
Enhorabuena por enseñarnos a ver las cosas desde un punto de vista diferente, positivo y enrequicedor.
Gracias a ti por tus esfuerzos para que la Escuela Cántabra de Salud y este proyecto puedan enriquecer y empoderar a los ciudadanos y a nosotros mismos. Un fuerte abrazo.